sábado, septiembre 08, 2007



No sé si es favoritismo hacia el puerto o es que definitivamente, Santiago se ha vuelto gris. Y no es que la señora blogger sea una amargada por las calles capitalinas, no. Es tan solo que esta peligrosa región se ha olvidado por completo de la variedad cromática, dejando los edificios, casas y calles, rodeadas por cerámicas frías, espejos y colores que siguen lo estéticamente adecuado o más bien; a la vanguardia arquitectónica. Y si es de ese modo entonces; nos olvidamos así sin más, de los estilos de antaño? ¿Será entonces que un rojo, un azul, hasta de pronto un amarillo sea vergonzosamente ordinario? ¿Y si pintamos nuestras casas de rojo, seremos considerados locos? ¿Será que la gente ya los olvidó? Será posible acaso que nos conformemos con las escasas micros coloridas del transantiago? Será que usted señor lector, se percató que la primavera se aproxima y puede sacar lo mejor de su [ojala] colorido clóset?